360 grados significa, como su nombre indica, la posibilidad de disfrutar de un contenido no solo como lo alcanza una cámara convencional / la vista (el ojo humano percibe casi 180 grados de imagen, pero enfoca sólo una parte de este campo), sino también qué pasa alrededor, encima, debajo. Es decir: 360 grados alrededor del protagonista.
De fotos a los vídeos
Pues eso no es todo, pues tras las fotografías en 360 grados han llegado los vídeos en 360 grados. La base es la misma que las fotografías: un punto fijo desde el cual se registran las imágenes, en este caso en movimiento. Pongamos un ejemplo: la grabación de un concierto.
En un vídeo tradicional, veríamos sólo el grupo de música actuando en el escenario. Con el mismo vídeo en 360 grados, el usuario puede ver la actuación en el escenario pero también girar la cámara y ver qué hace el público alrededor del mismo.

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